Sima Txomin IV.
Sábado, 9 de marzo de 2019.

Si habéis leído la crónica de la Torca del Carlista sabréis que teníamos una cuenta pendiente con la sima de la Txomin IV y el sistema de la Gándara. El segundo fin de semana de marzo zanjamos el asunto.
Llegamos a Ramales de la Victoria el viernes a última hora de la tarde. Nos encontramos con que eran carnavales. Esa noche tocaba pijamada. Tras cenar y ver un poco el ambiente carnavalesco, nos dividimos en dos grupos. El equipo A se retiró a dormir a una hora prudencial, mientras que el equipo B se sumergió algo más en la noche ramalense.
El sábado nos levantamos sobre el horario previsto y a las once de la mañana estábamos en la boca de entrada de la mina. Allí, un miembro del equipo B se dio cuenta de que se había dejado las baterías del frontal en el albergue. Decidimos que mientras el equipo A iba instalando el pozo, el otro grupo volvería al pueblo a por el material.

El terreno había sufrido los incendios provocados que asolaron la zona el mes pasado.
En apenas diez minutos el equipo A estaba disfrutando de las primeras formaciones junto al
pozo de la Txomin IV.

Después de hora y media llegó el equipo B. Llevaban una hora dando vueltas por las galerías de la mina…. ¿Les confundiría la noche?. Ya todos juntos, bajamos el impresionante pozo que nos deja a unos -160 m. de profundidad.

En esta sala empezamos a vislumbrar las maravillas que esconde la sima.
Nuestro fotógrafo no quería perderse ni un detalle de las delicadas formaciones.
Tras descender un nuevo P18 llegamos a la sala blanca.
Las imágenes hablan por sí solas de la belleza de esta cavidad.

De regreso, una vez ascendido el gran pozo, el equipo B se empeñó en mostrar a sus compañeros la laberíntica mina, que ahora conocían tan bien…

Aún quedan restos de los raíles por donde circulaban las vagonetas repletas de galena.

El excusado que preside el pozo de la Txomin II puso fin a la excursión. A las siete de la tarde ya estábamos fuera. Nos esperaba el carnaval de Ramales, verbena incluida. Y estaba muy animado. Nuevamente, cuando nos íbamos a dormir, el equipo B quiso exprimir más la noche festiva. La salida del día siguiente a la Gándara se tambaleaba…

(continua en la crónica de la Gándara)

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