EL segundo fin de semana de febrero de 2019 unos cuantos miembros de la Sociedad Espeleológica Alto Duero decidimos visitar la sima Txomin IV y la Gándara.
Salimos el viernes por la tarde con destino a Ramales de la Victoria. Tras
instalarnos en el Albergue que regenta nuestra simpática paisana Rocío, nos enteramos de que otro grupo de “cavernícolas” iba a ir también a dicha sima. Por ello decidimos cambiar de planes y acercarnos a la Torca del
Carlista, que algunos no la conocíamos.
A las 11.00 de la mañana del sábado ya estábamos en el aparcamiento de la Cueva de Pozalagua listos para comenzar el día.
La aproximación a la sima implica subir a la cima de Peña Ranero, una buena forma de ir calentando.
A las 12 ya estábamos instalando y poco a poco fuimos bajando los primeros pozos hasta la repisa situada a -68 metros.
Luego afrontamos el impresionante pozo de 85 metros en volado hasta acceder a la gran sala, con una planta de 103 metros cuadrados.
Una vez abajo, nos dedicamos a recorrer la cueva en busca de su “mítico sifón”. Un poco antes de llegar a la sala Manuel Iradier se encuentran estas magníficas columnas.
El estado del sifón sorprendió a los componentes del grupo que bajaban por primera vez esta sima…
La sala Aranzadi nos mostró las maravillas que esconde la cueva.
Por último visitamos la no menos bonita sala G.U.M.
Estas salas se encuentran a unos -350 m. Iniciamos el regreso hasta la base del pozo a -150 m… y de allí a la calle, tras una buena ración de cuerda. A las ocho de la tarde ya estábamos todos en el coche.
De vuelta, en Ramales, unas cervecillas y a reponer fuerzas en una divertida cena, con mención especial a los cachopos XXL que cayeron.
El domingo la intención era ir a la Gándara, pero el día salió tan desapacible que decidimos dejarlo para otra ocasión.
Total, que no pudimos hacer ninguna de las dos cuevas que pretendíamos en un principio. Sin duda, la torca del Carlista compensó, y además ya tenemos excusa para volver otro fin de semana…