Montenegro de Cameros (Soria)
HISTORIA DE LAS EXPLORACIONES
Esta sima ha sido usada durante muchos años como “vertedero local”, encontrándose en su interior todo tipo de basura, televisión, vacas, animales domésticos y según cuentan los aldeanos, 100 cabras con fiebres
maltas. Las exploraciones comenzaron en verano de 1981, por miembros de SEAD de Navaleno, bajándose un bonito primer pozo de 21 metros y otro de 5. Llegan a un estrecho y no pueden continuar.
En 1984 se retoma la exploración. Después de agrandar el estrecho aparece un P8, un P6 y un meandro que conduce a un segundo estrecho que dificulta el avance.
No podemos seguir desobstruyendo con los métodos existentes en esa fecha y por lo tanto se desiste.
En 1989, 5 años después, se logra abrir el segundo estrecho, encontrándonos un pozo de 15 metros y quedándonos en otro estrecho tras el que se intuye un pozo sondeado de unos 5 metros, que de nuevo abandonamos.
Tendrían que pasar 28 años desde la última exploración, para que, en el verano de 2017, se volviera a localizar la sima junto con otras de la zona.
Tras dos entradas observamos que los angostos pozos por donde antes nos colábamos sin problemas, ¡ahora se tornan impenetrables!.
Dos años más tarde, y por la insistencia de Tao, volvimos a retomar la sima. En mayo de 2019 se agrandan los dos pasos comprometidos y nos plantamos al borde del pozo que se abandonó en 1984, teniendo que
volver a desistir por falta de cuerdas, baterías y fuerzas.
EXPLORACION
Llegó por fin el día, sábado 12 de octubre de 2019, en que estábamos en disposición de seguir descubriendo los misterios que escondía la gruta. Nos juntamos una buena tropa, e ilusionados, salimos por la mañana en dirección a Montenegro. Tras subir casi todo el puerto en dirección la Vinegra, pudimos aparcar en un mini parking en el que apenas entran dos coches.
Nos cambiamos rápidamente, pues a parte del aire, amenazaba lluvia y no teníamos ganas de bajar mojados.
En 10 minutos estábamos ya en la boca de la sima.
Nos organizamos en grupos, dos personas topografían, dos equipan y desobstruyen y dos reequipan.
Una vez en punta, y tras dos horas de trabajo, logramos abrir un angosto paso a lo desconocido. ¡Cual fue
nuestra sorpresa que tras 5 m de pozo, la sima se acababa ahí!. ¡¡¡¡¡¡¡Mucha rabia!!!!. Se cerraba así la
exploración de esta cavidad, treinta y ocho años después.
Fuimos subiendo hacia la boca encontrándonos con los compis que iban topografiando y reequipando.
Mientras, nosotros subíamos echando las típicas fotos pasando algún estrechito.
Una vez en la base del pozo de entrada nos esperaba un radiante sol que se colaba por la boca y hacía más
agradable la subida.
Después de estar todos fuera, buena comida en Montenegro y buen vino, aunque el café se hizo esperar.
El resultado final es que la sima baja hasta los 61 metros de profundidad, con un desarrollo de 95 metros.
Esperemos que la próxima sima no nos dure tanto.